El área de Educación Religiosa del Colegio Gonzalo Jiménez Navas les da la bienvenida a éste espacio de reflexión, de encuentro personal y de acercamiento a Dios que le permitirá fortalecer su crecimiento espiritual.
30 abr 2013
28 abr 2013
27 abr 2013
NECESITO DE ALGUIEN....
Que
me mire a los ojos cuando hablo.
Que escuche mis tristezas y problemas con
paciencia y aun cuando no comprenda,
respete mis sentimientos.
Que escuche mis tristezas y problemas con
paciencia y aun cuando no comprenda,
respete mis sentimientos.
Necesito
de alguien
que venga a luchar a mi lado sin ser llamado.
Alguien lo suficientemente amigo para
decirme las verdades que no quiero oir, aun sabiendo
que puedo irritarme.
que venga a luchar a mi lado sin ser llamado.
Alguien lo suficientemente amigo para
decirme las verdades que no quiero oir, aun sabiendo
que puedo irritarme.
Por
eso, en este mundo de indiferentes,
necesito
de alguien que crea
en esa cosa misteriosa, desacreditada, casi imposible:
la amistad.
en esa cosa misteriosa, desacreditada, casi imposible:
la amistad.
Que se obstine en ser leal, simple y justo.
Que
no se vaya si algún día pierdo mi oro y
no
pueda ser más la sensación de la fiesta.
Necesito
de un amigo que reciba con gratitud
mi
auxilio, mi mano extendida,
aun
cuando eso sea muy poco para sus necesidades.
No
pude elegir a quienes me trajeron al mundo,
pero puedo elegir a mi amigo.
En esta búsqueda empeño mi propia vida, pues con una
amistad verdadera, la vida se torna mas simple, más
enriquecedora y más bella...
pero puedo elegir a mi amigo.
En esta búsqueda empeño mi propia vida, pues con una
amistad verdadera, la vida se torna mas simple, más
enriquecedora y más bella...
Charlie
Chaplin
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Textos Reflexivos
19 abr 2013
16 abr 2013
10 abr 2013
8 abr 2013
ANOCHE ME SUCEDIÓ ALGO Y PENSÉ EN MI FUTURO
Así después de esperar tanto, un día como cualquier otro, decidí triunfar.....
Decidí, no esperar a las oportunidades, sino yo mismo buscarlas.
Decidí, ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución.
Decidí, ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis.
Decidí, ver cada noche como un misterio a resolver.
Decidí, ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz.
Anoche descubrí, que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en estas, está la única y mejor forma de superarnos.
Aquél día dejé de temer a perder, y empecé a no temer a ganar.
Descubrí, que no era yo el mejor, y que quizás nunca lo fui.
Me dejó de importar, quien ganara ó perdiera, ahora mismo me importa mucho más simplemente saberme mejor que ayer.
Aprendí, que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir.
Aprendí, que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamar a alguien "Amigo".
Descubrí, que el amor es más que un simple estado de enamoramiento.
Anoche, dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados, y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente.
Aprendí, que de nada sirve ser luz, si no vas a iluminar el camino de los demás.
Anoche decidí, cambiar tantas cosas.....
Aprendí, que los sueños son solamente para hacerse realidad.
Desde anoche, ya no duermo para descansar..... ahora simplemente duermo para soñar.
¡EL AMOR ES UNA FILOSOFÍA DE VIDA!
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LA BELLA Y LA BESTIA (Porta ft Norikko)
Rechacemos cualquier manifestanción de agresividad
frente a la MUJER.
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6 abr 2013
3 abr 2013
¡RESUCITÓ DE ENTRE LOS MUERTOS!
El Señor ha resucitado de entre los
muertos, como lo había dicho, alegrémonos y regocijémonos todos, porque reina
para siempre. ¡Aleluya!.
La Resurrección gloriosa del Señor es la clave para interpretar toda su vida, y
el fundamento de nuestra fe. Sin esa victoria sobre la muerte, dice San Pablo,
toda predicación sería inútil y nuestra fe vacía de contenido (1 Corintios 15,
14-17).
En la Resurrección de Cristo se apoya la esperanza de nuestra propia resurrección. La Pascua es la fiesta de nuestra redención y, por tanto, fiesta de acción de gracias y de alegría.
Los Apóstoles son, ante todo, testigos de la Resurrección de Jesús (Hechos 1, 22; 2, 32; 3, 15). Anuncian que Cristo vive, y éste es el núcleo de toda su predicación. Esto es lo que después de veintiún siglos, nosotros anunciamos al mundo: ¡Cristo vive!
Y esto nos colma de alegría el corazón. La Resurrección es el argumento supremo de la divinidad de Nuestro Señor. “Esta es la gran verdad que llena de contenido nuestra fe. Jesús, que murió en la cruz, ha triunfado de la muerte, del poder de las tinieblas, del dolor y de la angustia: en Él, lo encontramos todo: fuera de Él, nuestra vida queda vacía” (J. Escrivá de Balaguer, Es Cristo que pasa).
El mundo había quedado a oscuras. La Resurrección es la gran luz para todo el mundo: Yo soy la luz (Juan 8, 12), había dicho Jesús; luz para el mundo, para cada época de la historia, para cada sociedad, para cada hombre. La luz del cirio pascual simboliza a Cristo resucitado. Es la luz que la Iglesia derrama sobre toda la tierra sumida en tinieblas.
La Resurrección de Cristo es una fuerte llamada al apostolado: ser luz y llevar luz a otros. Para eso debemos estar unidos a Cristo. “Instaurare omnia in Christo”, da como lema San Pablo a los Cristianos de Efeso (Efesios 1, 10); “hacer que todo tenga a Cristo”, llenar el mundo entero con el espíritu de Jesús, colocar a Cristo en la entraña de todas las cosas: esta es nuestra misión de cristianos, proclamar la Realeza de Cristo en todos los lugares, tiempos, circunstancias y encrucijadas de la tierra.
¡En verdad ha resucitado el Señor, aleluya! ¡A Él la gloria y el poder por toda la eternidad! (Lucas 24, 34; Apocalipsis 1, 6).
En la Resurrección de Cristo se apoya la esperanza de nuestra propia resurrección. La Pascua es la fiesta de nuestra redención y, por tanto, fiesta de acción de gracias y de alegría.
Los Apóstoles son, ante todo, testigos de la Resurrección de Jesús (Hechos 1, 22; 2, 32; 3, 15). Anuncian que Cristo vive, y éste es el núcleo de toda su predicación. Esto es lo que después de veintiún siglos, nosotros anunciamos al mundo: ¡Cristo vive!
Y esto nos colma de alegría el corazón. La Resurrección es el argumento supremo de la divinidad de Nuestro Señor. “Esta es la gran verdad que llena de contenido nuestra fe. Jesús, que murió en la cruz, ha triunfado de la muerte, del poder de las tinieblas, del dolor y de la angustia: en Él, lo encontramos todo: fuera de Él, nuestra vida queda vacía” (J. Escrivá de Balaguer, Es Cristo que pasa).
El mundo había quedado a oscuras. La Resurrección es la gran luz para todo el mundo: Yo soy la luz (Juan 8, 12), había dicho Jesús; luz para el mundo, para cada época de la historia, para cada sociedad, para cada hombre. La luz del cirio pascual simboliza a Cristo resucitado. Es la luz que la Iglesia derrama sobre toda la tierra sumida en tinieblas.
La Resurrección de Cristo es una fuerte llamada al apostolado: ser luz y llevar luz a otros. Para eso debemos estar unidos a Cristo. “Instaurare omnia in Christo”, da como lema San Pablo a los Cristianos de Efeso (Efesios 1, 10); “hacer que todo tenga a Cristo”, llenar el mundo entero con el espíritu de Jesús, colocar a Cristo en la entraña de todas las cosas: esta es nuestra misión de cristianos, proclamar la Realeza de Cristo en todos los lugares, tiempos, circunstancias y encrucijadas de la tierra.
¡En verdad ha resucitado el Señor, aleluya! ¡A Él la gloria y el poder por toda la eternidad! (Lucas 24, 34; Apocalipsis 1, 6).
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