El área de Educación Religiosa del Colegio Gonzalo Jiménez Navas les da la bienvenida a éste espacio de reflexión, de encuentro personal y de acercamiento a Dios que le permitirá fortalecer su crecimiento espiritual.
28 jun 2012
26 jun 2012
25 jun 2012
EL PUERCO ESPÍN
Durante
la era glacial, muchos animales morían por causa del frío.
Los
puercos espín, percibiendo esta situación, acordaron vivir en grupos, así se
daban abrigo y se protegían mutuamente.
Pero
las espinas de cada uno herían a los vecinos más próximos, lamentablemente a
aquellos que les brindaban calor. Y por eso, se separaban unos de los otros.
De
nuevo volvieron a sentir frío y tuvieron que tomar una decisión: o desaparecían
de la faz de la tierra o aceptaban las espinas de sus vecinos. Con sabiduría
decidieron volver y vivir juntos.
Aprendieron
así a vivir con las pequeñas heridas que una relación muy cercana les
podría ocasionar, porque lo que realmente era importante era el calor del
otro. Sobrevivieron.
La mejor relación no es aquella que une a personas perfectas, es
aquella donde cada uno acepta los defectos del otro y consigue perdón
por los suyos propios.
Las
heridas más crueles que recibimos son infligidas por aquellos que amamos más
y de quienes más somos amados.
Maurice
Baring.
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Textos Reflexivos
20 jun 2012
QUERIDO AMIGO:
¿Cómo
estás?, te escribo esta carta porque quiero decirte que te amo, y me gustaría
tener una relación más cercana contigo. De más está que te pregunte como estás,
porque estoy pendiente de ti cada minuto, y hasta ese último pensamiento que
tantas veces te desvela, lo conozco.
Te noto a veces tan distante de mí, que he sentido
miedo de perderte para siempre. Ayer te vi muy triste y quise arrancar de ti
esa angustia, lo grité a los cuatro vientos pero no me buscaste. Te vi ayer
hablando con tus amigos, te vi comer fuera de hora, y recorrí contigo la calle
de tu casa, quise mirar con tus ojos eso que guardas y que te provoca tanta
nostalgia, y quise que tú me escucharas pero no lo hiciste, y así esperé todo
el día.
Al llegar la noche te di una hermosa puesta de sol
para cerrar tu día, y una suave brisa para tu descanso. Después de un día tan
agitado, esperé, pero nunca viniste. Te vi dormir anoche y quise tocar tu
frente, envié rayos de luna que se reflejaron en tu casa para ver si te despertabas
conmigo, pero seguías en tu sueño.
Quiero compartir contigo tantas cosas, pero no me
dejas. En la mañana era tarde y te fuiste apresurado sin ni siquiera sospechar
lo importante que eres para mí. Te amo y trato de decírtelo por medio del cielo
azul, de la lluvia.... y mi voz se pierde como un eco detrás de tus
pensamientos.
Te hablo al oído a través de las hojas de los
árboles y el olor de las flores, te grito en los riachuelos de la montaña, doy
a los pajaritos canto de amor solo para ti. Te visto con el calor del sol y te
perfumo el aire con el aroma de la naturaleza. Me escucharás cuando hagas
silencio en tu interior, te intento guiar moviendo en ti buenos deseos, déjate
llevar por ellos. No estoy en el más allá... estoy en tus pensamientos!
Regálale una mirada de amor a todo el que te rodea y me descubrirás a cada
instante.
Hoy busqué alguien que me prestó sus manos y esta
hoja de papel para escribirte, en lo adelante escribiré en tu corazón si me lo
permites, solo dime Si... yo se que es duro vivir en este mundo, realmente lo
sé, pero si confías en mi, a partir de hoy tendrás nuevas fuerzas. Habla
conmigo, desahoga tus angustias y ansiedades que yo siempre tengo tiempo para
ti, cuéntamelo todo, llora si quieres, soplaré tus lágrimas para acariciar tu rostro.
Llámame a cualquier hora del día o de la noche, que
yo nunca duermo, y siempre te responderé. Si puedes caminar y mirar con amor el
universo, con humildad tu rostro en el espejo, con ternura aquel que te sonríe,
con misericordia aquel que te pide compasión, y con perdón aquel que te hizo
llorar... mi voz serán tus pensamientos!... Que no sea largo el camino que
habré de recorrer tras de tí.
Tu amigo fiel, JESÚS.
Tu amigo fiel, JESÚS.
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Textos Reflexivos
EL ELEFANTE ENCADENADO
Cuando yo era
chico me encantaban los circos y lo que más me gustaba de los circos eran los
animales. También a mí, como a otros, después me enteré que me llamaba la
atención el elefante.
Durante la función la enorme bestia hacia despliegue de su peso tamaño y fuerza descomunal... pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.
Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría con facilidad arrancar la estaca y huir.
El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye?
Cuando tenía cinco o seis
años yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a
algún maestro, a algún padre o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno
de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado.
Hice entonces la pregunta obvia: Si está amaestrado ¿Por qué lo encadenan? No
recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.
Con el tiempo me olvidé
del misterio del elefante y la estaca... y sólo lo recordaba cuando me
encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.
Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta: EL ELEFANTE DEL CIRCO NO ESCAPA PORQUE HA ESTADO ATADO A UNA ESTACA PARECIDA DESDE QUE ERA MUY, MUY PEQUEÑO. Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar y también al otro y al que le seguía.... Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree - pobre - que NO PUEDE.
El tiene el registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás... jamás... intentó poner a prueba su fuerza otra vez.
Vivimos creyendo que un montón de cosas "no podemos" simplemente porque alguna vez, antes, cuando éramos chiquitos, alguna vez probamos y no pudimos. Hicimos entonces, lo del elefante: grabamos en nuestro recuerdo: NO PUEDO... NO PUEDO Y NUNCA PODRE. Hemos crecido portando ese mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y nunca más lo volvimos a intentar. Cuando mucho, de vez en cuando sentimos los grilletes, hacemos sonar las cadenas o miramos de reojo la estaca y confirmamos el estigma:
"NO PUEDO Y NUNCA
PODRE" Vivimos condicionados por el recuerdo de otros, que ya no somos y
no pudieron.
Tu única manera de saber,
es intentar de nuevo poniendo en el intento todo tu corazón... TODO TU
CORAZON".
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Textos Reflexivos
11 jun 2012
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